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Cómo abrasa la luz ardiendo,
la llama de líneas paralelas que viaja
a tan alta velocidad que se transforma

en tiempo.

Vuelvo la cabeza prendida de recuerdos,
la mirada ojos ceniza humeando levemente,
vuelvo visceralmente a la región que quedó oscura.

Y todavía destellan lejanamente la sucesión de cosas,
la grandiosa estructura del pensamiento destruido,
hecho una melancólica ruina
sobre la que me asiento y lloro para apagar
el incendio, la explosión que rompe y fragmenta
los corazones.

Cómo abrasa la luz ardiendo, su paso de pura herida.